El origen y consolidación de la industrialización en el corredor del Vinalopó, pasa obligadamente por el estudio y evolución de la industria del calzado, verdadero motor y catalizador del desarrollo socioeconómico y urbano de las poblaciones localizadas en este espacio de la provincia de Alicante. El objeto de este artículo es aportar mayor información sobre las claves que favorecieron el desarrollo de esta industria del calzado en Villena, municipio localizado en la cabecera alta de este eje económico, que hasta la fecha no ha sido estudiado en profundidad.
El desarrollo industrial en Villena se materializa en los primeros años del siglo XX. Esta industrialización tardía con respecto a otros núcleos industriales, en particular zapateros, más cercanos (Elda y Almansa), está condicionada por el peso específico que tenía la agricultura en la economía villenense, desde tiempo secular dominada por grandes propietarios, que también incluía a la nobleza absentista. Durante la segunda mitad del siglo XIX, el comercio y producción del vino dará lugar a la creación de una burguesía rural, que capitalizará el desarrollo socioeconómico de la población y que generará un aumento de las necesidades de bienes de consumo como el vestido, los zapatos, etc… Ello beneficiará el desarrollo de actividades artesanales como sastres, zapateros, sombrereros, que ya vienen cotizando fiscalmente en la matrícula industrial de 1903. Por tanto, a la sombra del comercio y producción del vino aumentará el oficio de zapatero de silla, que ya a finales del siglo XIX encuentra algunos fabricantes que comercializan su producción hacia el mercado nacional.
La crisis de la viticultura, unida a las nefastas condiciones meteorológicas que persis- tirán durante los primeros años del siglo XX y que afectaran con especial intensidad a Villena (inundaciones, granizo, heladas, etc.), será el verdadero detonante para que se produzca un trasvase socioprofesional del sector agrícola al sector industrial en expan- sión, según reflejan los padrones de población de 1878 y 1903, con un especial incre- mento en la rama «piel y calzado». De esta forma, los procesos industrializadores ocurridos en otras poblaciones como Elda y Almansa en el último cuarto del siglo XIX, como alternativa a una débil agricultura o como iniciativa individual y valiéndose de los recursos locales (artesanos, tradición comercial, materias primas), se desarrollarán en Villena a principio del siglo XX.
Por una parte las producciones agrícolas en Villena eran florecientes, hecho acrecen- tado por la década dorada de la viticultura comarcal (1882-1892); por otra parte existía un carácter más conservador y menos emprendedor de sus habitantes, al contar con una burguesía rural, heredera del inmovilismo de la antigua nobleza absentista que conside- raba que la verdadera riqueza residía en el cultivo y preservación de la tierra. Ello dificultó que se produjera un desvío de capitales desde la agricultura a los sectores industriales y manufactureros, porque además rivalizaban en mano de obra. Algunos bodegueros y propietarios de tierras no veían con buenos ojos el crecimiento y asenta- miento de sectores manufactureros y con necesidad de mano de obra, como el calzado o la fabricación de sillas, que de forma temporal restaban efectivos a la agricultura.
Por ello las primeras fábricas de calzado surgen del esfuerzo personal de sus propie- tarios y de la iniciativa particular, con estructuras eminentemente artesanales y con un pequeño capital, procedente del ejercicio de su profesión y de la comercialización de su producción. Así, poco a poco y ayudado por las perniciosas condiciones en la producción del vino antes señaladas, irán apareciendo pequeños talleres de calzado que con el tiempo se convertirán en importantes fábricas. Este es el caso de fabricantes como Miguel Caturla, Joaquín Galipienzo Navarro o Francisco García López, que consiguen crear estructuras de producción modernas y mecanizadas, logrando beneficiarse del contexto bélico de la Gran Guerra. De esta forma, a partir de la década de los veinte se van sentando las bases para que pequeños talleres artesanales de calzado vayan prosperando y aumentando su signifi- cación en la economía local. Pero por otra parte, los continuos cortes de corriente eléctrica de estos años privó de una consolidación de sectores industriales, ya que obstaculizaba la producción continuada y sólo unos pocos podían permitirse el lujo de instalarse un electro- motor de gasoil o gas pobre.
A pesar de todo durante este periodo, se fue formando un colectivo de zapateros artesanales que se especializaron en zapatos de caballero y en zapatos de niño o «chicarro de lujo» de alta calidad, y que sustituyeron algunos procesos mecánicos de fabricación por el buen hacer manual, terminando el acabado de parte del zapato en sus domicilios, fuera de las horas de producción en fábrica.
La Guerra Civil supuso la incautación y socialización de los medios de producción y que todos los operarios y empresarios de la rama de «piel y calzado» fueran absorvidos en
«fabricalzado I.S.». Una vez terminada la Guerra Civil, muchos de estos operarios y empresarios empezaran a instalarse por su cuenta. Por otra parte algunos operarios y fuera de las horas de trabajo, comenzaron a trabajar en pequeños grupos de tres o cuatro personas. Estos comenzaron a localizarse en cambras y plantas bajas de los domicilios particulares y con los conocimientos adquiridos del proceso productivo, empezaron a fabricar zapatos de niño, por la rapidez y pocos materiales que necesitaban (suelas, pieles, clavazón, etc.). En ocasiones esta producción se realizaba en la clandestinidad, ya que el número de fábricas estaba limitada por cupos y fichas de fabricantes, ante la escasez de materias primas y la dificultades del mercado. La proliferación de estos grupos durante la década de los años cuarenta y cincuenta van a sentar las bases del futuro desarrollo industrial de Villena y de la especialización de esta población en el zapato de niño, que la convertirán, durante las décadas siguientes, en la «cuna del chicarro» en España.
Fragmento extraído de EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DEL CALZADO EN VILLENA (ALICANTE). UN COMPLEMENTO A LA EVOLUCIÓN Y ORIGEN DEL CALZADO EN EL CORREDOR DEL VINALOPÓ (1823-1936) de Antonio Martínez Puche